Esta frase atribuida a Frida Kahlo habla de dejar a los demás que nos elijan, que decidan si quieren o no, y aunque parezca quedar a merced, en realidad asegura las decisiones claras, las opciones personales y los encuentros genuinos.
Por el camino de transformarse de manera de poder entrar en las cajitas que otros tienen preparadas, de disfrazarse para ser aceptado o de ocultar el verdadero estar siendo para lograr algo, se puede llegar a la alienación.
Cuando, en cambio, se es fiel a uno mismo, y se suelta a los demás para que conozcan cómo somos y luego decidan si quieren ponernos en sus vidas, no hace falta mutar , ni sostener máscaras, ni alterar pensamientos y opiniones, y las relaciones se desarrollan directa y saludablemente.
Expresar en toda su maravillosa amplitud el propio estar siendo de manera que los otros puedan conocerlo y respetarlo, y validar y habilitar que ellos sean ellos mismos, es descubrir un modo pleno de encuentro y facilitar los vínculos genuinos.
Para no pelear y siempre, construir con el otro.
¡Hasta la próxima!
Andrea
A partir de una frase 