Aunque las crisis asusten, quiten seguridad, parezcan romper con lo establecido, traen, como explica en su post Eduardo Kastika, posibilidades de optar, elegir, decidir y hacer en consecuencia.
Inesperadas , elegidas o impuestas, las crisis quiebran la transparencia e instalan transiciones , que son los procesos internos que se desarrollan personal, grupal y organizacionalmente.
El duelo por lo que se tuvo y ya no se tiene o lo que no se tendrá, la incertidumbre y falta de seguridad por lo que vendrá, la ansiedad y las dudas ante las decisiones, se unen a la sensación de estar en riesgo en la zona más oscura de este proceso.
Sin embargo, también pueden aparecer oportunidades de asumir, verificar y aprender, el tejido de redes y la capitalización de lo construído y la creación de competencias, en lo que transformaría la oscuridad en una adaptación activa y protagónica al cambio.
Reconocer, elegir y hacer, buscar innovar, crear espacios de encuentro, facilitar el crecimiento y disfrutar los movimientos desde la interpretación de estar siendo, serán entonces sólo algunas de las opciones enriquecedoras que plantean las crisis.
Instalar las transiciones como inherentes al desarrollo, dejar de temerles para aprender a surfearlas, ampliar estrategias y crear nuevas posibilidades , son otras.
Opciones que las crisis, sin importar cómo sean, siempre nos regalan.
¡Hasta la próxima!
Andrea