Si usted no está fracasando de forma inteligente es que está “viendo otro canal”.Melina Jajamovich, @latodaterreno , | autora de Agilidad en 4 estaciones, en su nota ‘Fuck-up edición (i)limitada: o el reto de aprender de la pandemia’, publicada en Linkedin.

Con esta frase, Melina Jajamovich, @latodaterreno , autora de Agilidad en 4 estaciones, nos desafía, en su nota ‘Fuck-up edición (i)limitada: o el reto de aprender de la pandemia’, publicada en Linkedin, a vivir el fracaso experimentando y probando nuevas soluciones a los problemas y retos que se nos presentan.

Tomar con inteligencia el fracaso implica conectarse con el como aprendiz, escuchar y analizar lo que nos trajo y considerarlo parte de un camino más largo.

Para eso hay que correrse del creer que uno sabe todo e instalarse con comodidad y tiempo en el no saber, analizar el camino recorrido, pedir ayuda y desaprender.

Dejar de quejarse tirando la culpa a otros y volverse parte del problema, desde la comprensión de la propia responsabilidad, para empezar a buscar la solución.

Escuchar como cuentan otros la misma historia que uno vivió y sacar de allí nuevas perspectivas que iluminen el camino.

Abrir conversaciones desde la humildad, para empezar a construir otros significados y preguntas honestas y directas.

Empezar a jugar juegos mas grandes que nos incluyan a todos, porque si aceptamos que todos nos equivocamos, a todos nos cabe la responsabilidad y nos une el propósito de conservar, y también de cambiar y hacer distinto.

Si tomamos el desafío ¿A qué nos esta invitando Melina? ¿Que podemos proponer?

¡Hasta la próxima!

Andrea

La imagen la tomé prestada de la misma nota que la frase (link mas arriba en el post)

«No aplique de forma inmediata o automática este consejo, cada caso es particular y único». Gonzalo Otalora, @otaloragonza, Director en Historias que inspiran, Autor de Reinventados, Consultor y Storyteller, en Linkedin.

Cualquiera podría preguntarse por qué de un excelente post de Gonzalo Otalora @otaloragonza, en Linkedin, saque esta frase… y es que para mi comenta claramente una premisa que tenemos que tener en cuenta para muchos de los consejos, referencias, sugerencias (de medicamentos, dietas, recetas de cambio ,etc) y descripciones que , desde su mejor intención, los demás nos hacen.

En un gran porcentaje, se refieren a un caso «particular y único» , como dice Gonzalo Otalora, y no solo no aplican a otro caso particular y único, sino que también pierden propiedades e impacto a medida que se los generaliza para toda aplicación.

Si distinguimos que la dieta, el consejo, la receta de solución, la propuesta, lo que hizo el otro, fueron especialmente diseñados para otra oportunidad y situación, nos ahorraremos esfuerzos, evitaremos complicaciones y nos daremos la oportunidad de diseñar una respuesta específica y a medida a nuestra preocupación.

Es también una invitación a evitar generalizar recursos aplicables a una determinada situación sin tener la seguridad de que vayan a ser útiles o bien aprovechados, y a soltar el impulso de compartir todo lo que a uno le sirvió, o le hizo bien, como estrategia para los demás.

La clave vuelve a ser escuchar y escucharse. Indagar e indagarse.

Escuchar lo que el otro trae, si, e indagar acerca de dónde lo aplicó, con qué objetivo, durante qué tiempo. Cuanto mas se conozca de la situación original mayores posibilidades habrá de reconocer el valor de lo propuesto y las posibilidades que abre.

Escuchar lo que uno necesita e indagar sobre sus preocupaciones, para poder definir bien la búsqueda y así discernir si lo que el otro ofrece es lo que a uno le viene bien.

No todos los remedios sirven para todos los dolores.

Y cada uno de los dolores tiene derecho a su propio remedio.

¡Hasta la próxima!

Andrea

«Tu impacto en otras personas es mayor de lo que crees.» Frase de Daniel Singh, licenciado en Informática, publicada en Linkedin.

Como inicio de un párrafo hermoso que publicó y te recomiendo leer en Linkedin, Daniel Singh trae con esta frase una mirada al espejo que pocas veces contemplamos, la del impacto sobre otros.

Nos hacemos cargo de ella cuando nos señalan las consecuencias, cuando lo vemos en una cara, cuando lo diseñamos para vender, acompañar, ayudar, enseñar, relacionarnos con intención.

Sin embargo, rara vez aquilatamos el valor de los pequeños gestos, de lo hecho al pasar, de los que nos salió sin darnos cuenta, de aquello que fluyó naturalmente.

El decir «bien hecho» a algo que los demás igual tenían que hacer, el señalar algo que nos gusta aunque no nos pregunten, el agradecimiento que se da sin que se espere, la palabra adecuada en el momento justo, el chiste que aliviana una situación incómoda, la sonrisa que se comparte sin intercambiar otra cosa, la escucha de algo que al otro le pesa con la relevancia de solo compartirlo…

Cuando lo vemos, podemos aprehenderlo y transformarlo en herramienta de encuentro, de sostén, de acompañamiento.

Podemos decidir hacerlo intencionalmente, desarrollarlo como actitud, soltarlo como panadero al viento…

No dejarlo a la casualidad, al humor o al buen clima.

Diseñarlo como entrega.

Trabajar su oportunidad, profundidad y luz.

Porque , si como dice Daniel Singh, el impacto es mayor de lo que se cree, mejor que sea el mejor impacto.

¡Hasta la próxima!

Andrea

«Entender a la tecnología como humanidad aumentada». Frase de la nota ‘Las máquinas no pueden soñar’ que Roi Benitez, Consultor de Cultura Digital, publicó en Linkedin, con la imagen que acompaña este post.

En un mundo que prevé para 2025, según el Foro Económico Mundial,  que 85 millones de empleos pueden ser desplazados por modificaciones en la división del trabajo entre humanos y máquinas, mientras que pueden surgir 97 millones de nuevos roles que estén más adaptados a la nueva coordinación de acciones entre humanos. máquinas y algoritmos.

Roi Benitez trae, en su nota, el desafío de relacionarnos con la tecnología en un proceso de convertirnos en mejores humanos.

Para ello propone dejar la mirada apocalíptica de una guerra ya perdida contra los robots y sus aliados tecnológicos, y también la perspectiva demasiado optimista de ver a la tecnología como la solución a todo.

Invita a desarrollar un camino del medio, mirando apreciativamente la posibilidad de que la tecnología, al tiempo que acelera la transformación , también catalice el desarrollo del potencial humano.

Para ello, se requiere un cambio de mentalidad que habilite la amalgama de los desarrollos tecnológicos con aquellas capacidades, estados de ánimo y sensibilidades que nos honran como humanos.

La empatía, que nos llevará a pensar en el otro en el proceso de aprender, adaptarse, sintonizarse , usar y apalancarse en la tecnología, a reconocer tanto sus obstáculos como sus posibilidades, y a entablar conversaciones tan profundas como necesarias.

La flexibilidad, que ayudará a vadear brechas, a girar en espacios estrechos, a reposicionarse en tiempos breves y a doblarse sin quebrarse ante los embates de vientos nuevos.

La aceptación, que permitirá una relación posibilitante con lo que no se puede cambiar, mostrará lo disponible y señalará el lugar desde el que salir.

La generosidad, vehículo de generar redes fecundas y ofertas poderosas.

La curiosidad y el asombro, que marcarán el camino de la innovación y el agregar valor.

El aprendizaje , como vehículo de logro y también de rediseño, como proceso de cambio y de revisiones continuas.

Y el desapego, que ayudará a soltar rápido lo que no funciona, a moverse ágilmente de lugar o de posición y a no creerse demasiado la propia importancia.

Si , como dice Roi Benítez, » Es momento de que cada humano en el mundo se ponga el lugar de protagonista de la tecnología cómo fase 0 del proceso de transformación» , no empezaremos de cero.

Es desde nuestra humanidad desde donde salir a aumentar el aporte.

¡Hasta la próxima!

Andrea

«El único lugar en el que vas a pasar toda la vida es en ti mismo, así que debes encargarte de que sea tu lugar favorito”. Frase e imagen de Alejandra María Ortega Hermida , conferencista, escritora y experta en Marketing colombiana, de su charla “Soy mi lugar favorito”.

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Simple y reconocible, al mismo tiempo que profunda e inasible, la fuerza que nos da esta declaración de Alejandra María Ortega, La de Letras,  para validarnos, reconocernos y aceptarnos no solamente como un lugar a habitar, sino como una identidad a crear. 

Como lugar, merecemos los cuidados que se da a los lugares amados.

¿Cómo conservar, proteger y mantener el propio ser? ¿Respondiendo a sus disfrutes y deseos? ¿Cuidando que no se arriesgue ni se exponga? ¿Fortaleciendolo ? ¿Desarrollando la fortaleza emocional? ¿Haciendo que brille? ¿Tapiando su acceso?

Dándonos cuenta de que para hacernos nuestro lugar favorito tenemos que  decir lo que nos pasa, manifestar lo que necesitamos, escucharnos y equilibrar lo que nos damos en tanto no complique los lugares de otros.

Visitarnos seguido, como a la plaza del barrio, y disfrutar las luces y sombras que nos habitan y nos hacen ser quienes estamos siendo.

Y en ese estar siendo y haciendo, construimos , creamos, nuestra identidad.

Cumpliendo compromisos, diciendo y haciendo lo mismo, pidiendo lo que nos hace falta, conversando lo que nos importa y también lo que es necesario, acordando nuestros juegos con otros.

Haciendo lo que sabemos hacer bien y también lo que nos gusta, dando lo que nos sobra y también lo que consideramos necesario, ocupándonos lo suficiente de los que amamos y alejándonos cuando se nos hace imperioso.

Lugar e identidad. 

En un apropiarnos y hacernos responsables de nosotros mismos.

Para nosotros. Y para los demás.

¡Hasta la próxima!

Andrea

«Responsable significa no correr con costos por no haber tomado decisiones» . Frase del artículo ‘Cómo agilizar cualquier proyecto: 10 estrategias clave’ de Damián Buonamico, Organizational Agile Coach, en Linkedin.

 

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Contundente práctica para la responsabilidad es la que plantea Damián Buonamico con esta frase de su  artículo ‘Cómo agilizar cualquier proyecto: 10 estrategias clave’  en Linkedin: no incurrir en costos por no tomar decisiones a tiempo.

La responsabilidad, como su nombre lo indica, es la competencia de comprometerse a  responder en tiempo y forma. 

Tiempo y forma están relacionados con la toma de decisiones.

Al postergar excesivamente, evitar o dejar en manos de otros las decisiones necesarias, se incrementan los costos económicos, relacionales, de resultados y de aprendizaje.

Dilatar decisiones  hace que salgan de balance los presupuestos, se incurra en nuevos gastos y cambien las condiciones de satisfacción de proveedores y realizadores.

El no decidir a tiempo socava, también, la confianza, hace que comiencen a circular rumores y crezca la incertidumbre. 

Procrastinar determina  que se alcancen resultados solo a costa de sacrificios y tensiones, que se instalen hábitos perniciosos y que se logre menos de lo que se planifica.

Los apuros, los malestares asociados a las postergaciones y a las urgencias, el hacer a último momento , el ver frustrados los planes, dificultan la posibilidad de realizar el seguimiento de procesos, evaluar , dar feedback y reconocer desempeños.

Con esto se empañan  y ralentizan los aprendizajes.

Las metodologías ágiles proponen la estrategia de decidir lo mas tarde posible… ¿cómo se articula eso con la postergación? Lo charlaremos en otro post.

¡Hasta la próxima!

Andrea

 

«Una de las formas mas sinceras de respeto es escuchar lo que el otro tiene que decir». Frase de Bryant H. McGill, autor estadounidense, activista y orador motivacional, con la que Marcia Reynolds, coach, autora y conferencista comenzó su nota ‘ How to Respond When Someone Is Emotional’ , en Linkedin.

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La frase de Bryant h McGill con la que Marcia Reynolds comenzó su nota en Linkedin, cobra actualidad y coherencia en la acción de Dylan,  quien, según el post de Martin Gangley, también en Linkedin, no solo escuchó con interés y calma al veterano de 91 años que estaba esperando que lo atendieran en Eat’n Park in Belle Vernon sino que le sirvió su cena, y luego, explicando que estaba en su pausa de trabajo, se sentó a escuchar las historias del hombre, (ambos se ven en la imagen que acompaña la frase) que había comentado «Estoy solo ahora, y no muy a menudo tengo con quien conversar».

Escuchar es un don para algunos, como Dylan,  y para todos los demás, es una competencia a desarrollar.

Para ello hace falta  dejar a un lado los prejuicios, preconceptos, certezas, miradas únicas,  sin pensar que hay que cambiarlos, solo correrlos el tiempo necesario para dejar aparecer al otro con lo que trae.

También disponer de tiempo y el monto de paciencia que haga falta , para que el interlocutor pueda comunicarse cómo lo hace.

Preguntar para comprender habilitará al otro a exponer sin necesidad de argumentar o defender.

Soltar la necesidad, búsqueda o intención de que el otro cambie, hará que se lo acepte como esta siendo y de ahí a validarlo como aporte y escucharlo con interés y compromiso solo hay un vuelito de ganas.

La escucha es una competencia necesaria y enriquecedora en ámbitos personales y organizacionales , vital para el clima laboral y la coordinación de acciones de los equipos.

Habilita la construcción de conversaciones genuinas y profundas, el encuentro con otros, la solución de necesidades y la empatía.

¡Hasta la próxima!

Andrea

 

«Lo que tendemos a evitar es lo que más valor puede darnos». Frase de Leo Piccioli, @leopiccioli, investigador y escritor en Liderazgo, Valores y Cambio Tecnológico, LinkedIn Top Voice 2018, en su nota ‘El dia en que a WeWork le llegó su Uber’.

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Leo Piccioli, @leopiccioli, señala, con esta frase de ‘El dia en que a WeWork le llegó su Uber’, un hábito pernicioso en el que caemos a la hora de autoconocernos, trabajar sobre nosotros mismos u gestionar grupos y organizaciones, evitar  hacerse cargo de lo que duele, molesta , obstaculiza  o complica.

Ya sea por lograr una satisfacción inmediata, por ocuparse de lo urgente, por temor a lo que pueda pasar o se pueda provocar o por no perder tiempo o dinero, se suele postergar o abandonar el abordaje de situaciones, problemas o temas.

Se acallan conversaciones, se dilatan decisiones, se hace como si no se viera lo que ocurre, se corre más rápido para que no nos alcance.

En este proceso de evitación, como también dice Leo Piccioli, puede perderse lo que daría valor, determinaría aprendizajes, desafiaría a desarrollar competencias o provocaría cambios necesarios.

Así, por no supervisar, dar feedback y evaluar se sostienen procesos e interacciones inefectivos. 

Al prometer y no cumplir se fractura la confianza y se toman caminos divergentes.

Cuando no se miden resultados y se advierten las inconsistencias, se generan tropezones y caídas agudas.

Si no se da lugar a las críticas, los reclamos y las quejas, se dificulta el reconocer errores.

Al imponer sin escuchar se pierde la posibilidad de que el otro aparezca como aporte.

Lo que se oculta, no se mira, no se reconoce , se evita sentir y  no se habla de ello, es, justamente, lo que provocaría la diferencia. 

Abriría oportunidades de cambio y mejora en cada uno, en los grupos y equipos, en las organizaciones.

¡Hasta la próxima!

Andrea 

 

«Si sientes que lo que puedes hacer por el mundo es sólo una gota en un balde, junta esa gota con las de otros y pronto tendrán una cucharita de té. ¿Alguien ha tenido una cucharita de aceite de orégano en el momento justo?. Tu gota importa.Especialmente cuando se une a las de otros.» Frase de Andrea J. Lee, (@andreajlee), autora, Coach, conferencista y fundadora de ‘Thought Partners International’, Canada.

ILLUSTRATION: Bucket

Siempre oportuna, esta frase de  Andrea J. Lee, (@andreajlee), autora, coach, conferencista y fundadora de ‘Thought Partners International’, Canadá, nos llama a dejar de creer que lo que podemos hacer es poco y a coordinar con otros los aportes,  que así serán mayores y de mejor impacto.

Mucha gente comprometida, capaz y creativa se queda sin realizar lo que sueña al pensar que su esfuerzo no será suficiente, que lo que tiene para dar no satisfará o no influirá en solucionar una gran necesidad. 

Otros sostienen que se necesita sentar bases poderosas para iniciar cambios, y que sus posibilidades, su disponibilidad de tiempo o sus recursos son mínimos para hacerlo. 

Si utilizamos la estrategia de la ‘cucharita del aceite de orégano’ que propone Andrea J. Lee,  lo poco que se tenga para hacer, unido a otro poco de otro, en el momento oportuno,  comenzará a hacer de manera importante.

Para eso es preciso, comunicar lo que se sueña, se desea, se busca o se piensa hacer, estar abierto a escuchar lo que otros hacen, y estar dispuesto a coordinar con otros en pos de un objetivo.

También animarse a proponer, a pedir, a exponerse de manera de ser visto por otros que están haciendo lo mismo o algo parecido.

Confiar en que de a gotas se llena el balde y no juzgar a la propia gota sino aceptarla como es, y  ofrecerla  con generosidad.

Tejer redes, alentar encuentros, favorecer crecimientos, poner viento en alas pequeñas.

Y cambiar el mundo de a cucharaditas.

¡Hasta la próxima!

Andrea

«Los grandes cambios siempre son mejores cuando formas parte de su creación que cuando te imponen esos cambios.» Frase que Virginia (Ginny) Santos, fundadora y directora de NeOlé Inc, incluyó en la nota » An Innovator’s Confession» en Linkedin.

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Grandes cambios y también  pequeños cambios, generados por uno o que se le imponen,  se viven distintos si uno se involucra, tal como propone con la  frase  que Virginia (Ginny) Santos, fundadora y directora de NeOlé Inc, incluyó en la nota » An Innovator’s Confession» en Linkedin.

La posibilidad de logro no  está en si se genera o llega de afuera sino en asumir el cambio, apropiarse y actuar en consecuencia.

Vivir  el cambio desde el protagonismo, esto es participando, eligiendo, comunicando lo que se siente y piensa, pidiendo lo que se necesita y co creando posibilidades con los demas, es la forma de cambiar transformándose.

Incluir el cambio en la propia vida,  dándole la forma , el impacto y la profundidad que uno busca, hará que fluya y se instale con facilidad.

Trabajar para cambiar  de manera congruente, gestionar las emociones y estados de ánimo que la transición invoca, desaprender lo que ya no será y aprender lo que implica la nueva propuesta que la vida da, abrirá espacios de desarrollo y crecimiento.

Todos cambiamos queramos o no.

Hacer de esos cambios oportunidades, es siempre una elección posible.

¡Hasta la próxima!

Andrea

La bella ilustración es de Dave Cutler