Impactante y enroladora esta frase de Frederick Douglas que compartió El Arquitecto de la Vida en Pinterest.
Una invitación clara a ocuparse, criar, acompañar y enseñar a volar a los niños para no tener que reparar hombres.
A trabajar con ellos la autoconfianza, la capacidad de enfrentar desafíos y frustraciones, la toma autónoma de decisiones y el poder decir con libertad lo que piensan, necesitan, eligen.
Construir para ellos y con ellos espacios genuinos de encuentro, ámbitos naturales de inclusión y crecimiento, y espacios en los que el desarrollo se una al juego y al disfrute.
Habilitarlos desde la apertura al conocimiento, la capacidad de expresión y la comprensión de lo que los rodea y también de su propio mundo interno.
Soñar con ellos el futuro y ayudarlos a crear y aprehender las fortalezas que le aseguren un caminar libre, autogestivo y personal, en un mundo compartido con otros.
Niños fuertes y confiados, harán hombres enteros y confiables.
¡Hasta la próxima!
Andrea