Este párrafo de «Centering in Pottery, Poetry and the Person» de Mary Caroline Richards habla de la articulación que, necesaria y maravillosamente, puede darse entre la potencialidades de crecimiento y el favorecimiento adecuado de las fuerzas en juego en los procesos de ayuda, enseñanza-aprendizaje, acompañamiento, guía y liderazgo.
Cuando esas situaciones se comparten en un encuentro genuino, las posibilidades de crecimiento de uno/s se amalgaman en urdimbres habilitantes con la capacidad de percepción, la distancia óptima, la escucha comprometida, el enfocarse en lo que si hay al tiempo que en lo que puede ser, la disposición a caminar al lado y el fomento de la autogestión del / los otro/s.
Dar espacio a que la semilla inicie y prosiga su proceso, cuidando de que sea de forma autónoma, potente y enriquecedora, será generar contexto para la evolución, acompañar desde el lugar adecuado, y favorecer la expansión sin marcar impronta.
Aceptar al que aparece como guía, validarse como protagonista del proceso, reconocer lo que se necesita, decide y elige y comprometerse a dar lo mejor de si, será involucrarse en la situación a crear, aportar las propias potencialidades y hacer desde el convencimiento.
Así, en ese trabajar conjunto, se gestarán el aprendizaje, el desarrollo, y la ampliación de oportunidades, en una suerte de florecimiento sostenido.
Y se disfrutará el crecer como una experiencia compartida.
¡Hasta la próxima!
Andrea