Es que los cierres, los abandonos, las mudanzas, las pérdidas, aún elegidas, tienen sus costos. Y este decir de Mariani Sierra Villanueva que compartió ‘Una noche sin café’ , «lo que no sé es seguir entera» define claramente el proceso.
Aunque se sepa irse, se han construido vivencias, vínculos, afectos; se ha tejido la urdimbre de grupos, se han elaborado proyectos y conseguido resultados. Dejar eso provoca la exacta sensación de partirse en pedazos y tener que abandonar algunos.
El procesar adecuadamente el duelo y la capacidad de resiliencia personal pueden ayudar a transitar estas situaciones saludablemente.
Por eso es importante construir la salida como respuesta consciente y no dejar que llegue como reacción automática al desborde de procesos.
Reconocer el propio estar siendo, validar el sentir, comunicarse congruentemente habilitarán la expresión cabal y auténtica y facilitarán el pedido de ayuda, el soltarse armónico y la posibilidad de dejar la puerta abierta.
Pensar que irse no implica cortar con todo, conservar contactos, asegurar acuerdos, trabajar para sostener lo que interesa.Capitalizar lo aprendido, recuperar memorias y ocuparse de tender redes.
Para que los pedazos que se dejan sigan viviendo y los agujeritos que uno se lleva sirvan para algo.
¡Hasta la próxima!
Andrea