Todos suponemos, inventamos, imaginamos, predecimos que las cosas van a ocurrir de tal o cual manera, las personas se van a comportar asi o asá, las situaciones se van a desarrollar de un modo u otro, con el sesgo que les dan nuestras actitudes, predisposiciones, emociones y elecciones.
Ya que no se puede controlar el futuro, ni adivinar lo que los otros van a elegir y las interacciones son 50% y 50%, las invenciones quedan obsoletas.
Sin embargo es una propuesta inteligente y generadora de bienestar la de esta frase compartida por el blog ‘Leido, vivido, visto, tejido’, de inventar finales felices.
Para ello no sólo hace falta tener una mirada positiva , elegir desde el optimismo y la confianza y pensar bien antes que mal.
Se requiere autoconocerse y ser auténtico , validar y escuchar a los demás sin intentar predecirlos, ser abierto y buscador de los caminos del medio y estar dispuesto a crear realidades compartidas y enriquecedoras.
Hay que preguntar antes de suponer, aceptar lo que no se puede cambiar , ocuparse hoy en lugar de preocuparse por lo que puede venir y acordar, comunicar congruentemente , y construir finales felices, es decir oportunos, adecuados y satisfactorios.
Y que, como en los cuentos, habiliten a comer perdices.
¡Hasta la próxima!
Andrea