Daniel Cerezo da forma, con este comentario del reportaje que le realizó Marilina Esquivel para La Nación, al proceso por el cual se fortalece la identidad a partir de las diferencias, se descubren nuevos significados desde la construcción compartida y se valida cada aporte a un todo enriquecido.
Mucho se habla y se hace por la inclusión en este momento, y más que preguntarse si alcanza, hay que trabajar antes en diseñar su modo más útil y amplio, las bases que sustenten el delicado equilibrio entre respetar y al mismo tiempo querer adaptar, de sostener y también dejar ser, de ubicar asi como permitir que se acomode.
Instalar mecanismos que aseguren el crecimiento, promuevan el desarrollo, faciliten los aprendizajes, revitalicen el conocimiento.
Resultados mutuos y abarcativos.
Pasar de la inclusión a la integración es reconocer que hay varias partes involucradas, que los procesos son transformadores de todos los participantes y que los resultados implicarán a todos.
Y es descubrir que si te doy la mano, me das la mano al mismo tiempo.
¡Hasta la próxima!
Andrea