Estar para los demás, sin olvidarse de uno mismo, como propone Dodinsky, es una premisa importante a recordar cuando uno se involucra en procesos de ayuda, sostén y guía.
Es que no se puede acompañar adecuadamente sin salud, cuerpo, recursos personales disponibles.
Se necesita estar entero, ser consciente de las propias fuerzas y limitaciones, saber qué se puede ofrecer a los otros y que no.
Reconocer y validar lo que se está siendo, los valores que se sustentan, y fundamentalmente las elecciones que se hacen es poder otorgar a los demás una entrega clara, congruente, honesta, sin abandonarse.
Saber hasta donde llegar y cómo ser uno mismo al tiempo que se da, implica desarrollar relaciones independientes, complementarias, enriquecedoras, construir vínculos sanos y generadores de autogestión.
También habilita el poder sostener procesos, el disfrute, el bienestar y la paz.
¡Hasta la próxima!
Andrea